En primera persona: «Perdí a mi abuela y por poco a mi papá por botulismo»

Carla Calvo supo reconvertir su dolor y a partir de su experiencia, busca que otras personas no pasen por lo que le tocó vivir a su familia.

A partir de una publicación en las redes sociales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) sobre botulismo –una enfermedad grave causada por una bacteria que se contrae cuando una persona ingiere alimentos contaminados–, Carla Calvo sintió la necesidad de compartir su experiencia para que otras familias no pasen por lo que le tocó vivir a la suya.
«Por consumir una conserva de porotos condimentados en aceite, sin rótulo y que presentaba la neurotoxina que ocasiona esta enfermedad, perdí a mi abuela y por poco a mi papá por botulismo», contó Carla.

En mayo de 2015, familiares y amigos decidieron celebrar el cumpleaños de Javier, su papá, y de Carla en la ciudad entrerriana de Federación. Con motivo de los festejos, su abuela Teresa llevó un frasco de porotos que había adquirido en la ciudad cordobesa de Mina Clavero.

Tiempo después, los análisis realizados en el Hospital Muñiz –ubicado en el barrio porteño de Parque Patricios– determinaron que la muerte de la abuela y de un amigo de la familia fueron provocadas por la neurotoxina del botulismo que estaba presente en esa conserva.

«Mi papá estuvo casi 5 meses internado en terapia intensiva en el hospital Delicia Concepción Masvernat de la ciudad de Concordia. Una vez que estuvo estable, comenzó una rehabilitación de siete meses en Linde Remeo Salud en Pilar, en la que tuvo que volver a aprender a respirar, comer, deglutir y hablar por sus propios medios».

El trágico episodio que modificó para siempre la vida de la familia incentivó a Carla a estudiar la Tecnicatura en Calidad e Inocuidad de los Alimentos y Tecnicatura en Bromatología.

Para prevenir el riesgo de contraer esta y otras enfermedades, los productos que se consumen deben contar con rótulo donde pueda identificarse el elaborador, el número de registro y su fecha de vencimiento. Es por eso que, a partir de su experiencia, ella alienta a los consumidores a informarse sobre las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA).