Las economás regionales en jaque

55ac4b39c07e6Si uno tuviera que graficar la situación de las economías regionales de Argentina podría hacerlo imaginando la sala de terapia intensiva de un hospital, donde hay enfermos en estado muy crítico, de todas las regiones del país, y donde hay abandono, es decir, un estado ausente. Los enfermos serían las economías regionales en un país donde la política económica no sólo no le brinda respuestas sino que profundiza sus problemas, al hacer inviable la exportación.

¿Las causas? El ahogo de la política económica a través de la presión impositiva récord, alta inflación, tipo de cambio y fletes, más la fortaleza del dólar mundial y caída de precios internacionales. Después de 2011, la política económica para las producciones regionales fue (y es) un verdadero castigo. Las exportaciones de estas actividades se derrumbaron en niveles superiores al 20%, lo que pone en riesgo un millón de puestos de trabajo, aproximadamente.

Los números no cierran

Ejemplo de 10 economías regionales Las frutas en general sufren una dura coyuntura producto de la pérdida de competitividad que genera el entorno macroeconómico, con una caída de exportaciones que supera el 30% para el año 2014 (respecto a 2011) y perspectivas de mayor caída para 2015 como lo evidencian las cifras del primer trimestre.

La producción de peras y manzanas de Río Negro, Neuquén y Mendoza está hipotecada: los precios al productor están por debajo de los costos de producción, lo que hace inviable la inversión y, por lo tanto, es esperable la caída de producción. La menor inversión se ve en que hay menos plantaciones de peras y manzanas; por ejemplo, en el valle de Río Negro alcanza a un 50% menos, lo que incide en la producción y la exportación. Es que al no ser viable la exportación, se achica mucho el mercado, se reduce la demanda y esta actividad queda más dependiente del mercado interno. Las exportaciones de peras cayeron un 14%; en tanto que las de manzana, un 38%, revelando que el tipo de cambio actual no está en equilibrio y genera problemas reales en la economía, expandiendo los efectos de la devaluación rusa y brasileña.

Por su parte, el limón, producto estrella de la provincia de Tucumán, enfrenta problemas externos que se ven reflejados en la fuerte caída de exportaciones, cercana al 40%, y una caída de la producción del 50%, respecto al pico de 2011.

Otros cítricos, (Entre Ríos y Corrientes) y el pomelo, siguieron el mismo comportamiento que el limón, pero en el caso del pomelo, las exportaciones casi llegan a desaparecer, con una caída del 90%. En el cuadro 1 se pueden ver los volúmenes exportados y las caídas de cada fruta.

Las verduras también están siendo fuertemente golpeadas por las distorsiones cambiarias y el incremento de costos en dólares. Las exportaciones comparadas con un año normal como 2011 han caído en promedio casi un 30%, como se puede observar en el cuadro N°2. La zanahoria ha sido la de peor desempeño, con una caída superior al 80%. Si consideramos por relevancia en las exportaciones de hortalizas, las exportaciones de cebolla tienen una contracción significativa del 35%, seguida por las de papa con más del 20%, lo que impacta de lleno en zonas como Balcarce y Villa Dolores para el caso de la papa, y de Bahía Blanca y Mendoza para la cebolla. El ajo también es castigado por la falta de competitividad y la falta de respuesta de la política cambiaria ante la devaluación de Brasil, impactando principalmente a Mendoza.

Las producciones regionales del NOA, en particular las de Salta, están en serios problemas desde hace al menos tres años. Producciones como las de poroto, chía, sésamo, garbanzo, cártamo, entre otras, están muy complicadas por al menos tres cuestiones: por un lado, aunque resulte paradójico, la falta de competitividad de la soja y el maíz, hace que las producciones regionales sufran de sobreoferta, dado que los empresarios “huyan” de estos cultivos y se vuelquen a cultivos alternativos como la chía, y adicionalmente, además de las dificultades de comercialización por ser productos “nuevos”, padecen de una presión impositiva fortísima, con impuestos a la exportación del 20% sobre el valor de exportación de la chía.

Como factor común de restricción al desarrollo de todas las producciones de esta región, está el tema del flete, que se lleva más del 35% del valor de la soja y en el caso del maíz el flete se lleva más del 70%, quedándole al productor menos del 30% del precio para afrontar todos los costos de producción y estructura.

El trigo también puede pensarse como parte de las economías regionales, como tal no escapa a los problemas arriba planteados y se le agregan otros, como las dificultades para comercializar ante la falta de transparencia en los precios, que hace que los productores reciban un precio muy inferior a lo que sería en condiciones de competencia entre compradores. La principal provincia damnificada es Buenos Aires, que tiene el 60% de la producción nacional de trigo, siendo perjudicados más de 25 mil productores, en su mayoría pymes familiares.

Por Juan Cruz Rey Kelly.