Enzimas: tecnología más limpia en la industria curtidora

nts_488Una iniciativa de INTI apunta a reducir la toxicidad del proceso de depilado de pieles bovinas, reemplazando gran porcentaje del sulfuro de sodio –perjudicial para la salud y el ambiente- por enzimas fúngicas inocuas.

En el marco de la búsqueda de tecnologías limpias a implementar en la industria curtidora, el Centro INTI-Cueros apunta a la utilización de enzimas provenientes de hongos, para el depilado de pieles bobinas. Una de las principales ventajas es la reducción en un 50 por ciento de las emanaciones de gas sulfhídrico producto del depilado a base de sulfuro de sodio y cal.

“Se busca modificar, sobre todo, el tipo de tecnología y también su reemplazo por una más limpia, que supone mejorar las condiciones de trabajo y reducir el daño ambiental. Entendemos que esta aplicación tiene un futuro promisorio”, señalan María Laura Garro y Betina Galarza, especialistas que trabajan en el desarrollo de este proyecto del centro INTI-Cueros.

La utilización del sulfuro de sodio, habitual para este proceso, genera gas sulfhídrico que no sólo es perjudicial para el ambiente, sino que además es sumamente tóxico para los trabajadores del sector.

Técnica con una pipeta mecánica introduce muestras en tubos de ensayo.
El INTI estudia particularmente las enzimas que provienen de hongos, y su adecuada caracterización.
Además, produce residuos perjudiciales que requieren de un tratamiento especial para cumplir con la legislación que regula los límites permitidos de sulfuro en desechos.

Este desarrollo del INTI estudia particularmente las enzimas que provienen de hongos –también suelen utilizarse las provenientes de bacterias o vegetales-, y su adecuada caracterización en función del empleo que se hará de ellas.

En la actualidad, el uso de las enzimas -independientemente de su origen- se encuentra limitado ya que su acción prolongada sobre el colágeno -principal componente del cuero- puede llegar a desmerecer la integridad de esta capa, dando lugar a pérdida de elasticidad y estructura. Es por esa razón que la investigación apunta a detectar particularmente las enzimas que no ataquen al colágeno, pero sí al pelo.

“El desafío de utilizar enzimas reside en su correcta caracterización debido a que, por tratarse de un agente de origen biológico, no pude predecirse que todas las partidas funcionen estrictamente igual en cada proceso de curtido”, detalla Galarza. En esa línea destaca que el Centro INTI-Cueros realiza esa caracterización de manera rigurosa, tanto de las enzimas estudiadas como de las comerciales, y siempre teniendo en cuenta el empleo que se hará de ellas en la curtiembre.

Para conocer la actividad de las enzimas fúngicas en este proceso, el trabajo plantea una serie de pasos: aislar los hongos, seleccionar las cepas productoras y realizar una extracción del pool. El comportamiento de este extracto enzimático es estudiado en distintas condiciones y variables. Al ser aplicadas sobre la piel bovina, las cepas fúngicas estudiadas provocan modificaciones como la remoción del pelo y otros cambios morfológicos observados mediante microscopio electrónico de barrido.

Si bien en la práctica el uso de enzimas para depilación de pieles de animales en curtiembres existe desde hace muchos años, en general se utilizan solamente como auxiliares del sulfuro de sodio. El trabajo del INTI lograría disminuir la utilización de sulfuro en un 50 por ciento, y apunta a lograr reemplazarlo en su totalidad.

En la actualidad estas enzimas se importan, tanto como producto final o como principio activo. Producirlas en el país generaría un impacto económico positivo para las curtiembres, y para los proveedores de insumos de la industria curtidora.

Este trabajo fue presentado por Garro y Galarza, junto a José Martegani -todos ellos del INTI- y Roque Hours del Centro de Investigación de Fermentaciones Industriales (CINDEFI) -que depende del CONICET y de la UNLP-, en la última edición del Congreso de la Unión Internacional de Sociedades de Tecnólogos y Químicos del Cuero, en Novo Hamburgo, Brasil.