
Se detectaron nuevos casos de Aujeszky en algunas granjas del país.
Esta enfermedad tiene impacto en la salud animal y puede producir grandes pérdidas económicas para el productor.
Es importante reforzar las medidas de bioseguridad y vacunación para evitar la propagación del virus en las granjas porcinas.
Argentina cuenta con una nueva vacuna viva de última generación Porcilis® Begonia DF, especialmente desarrollada para el control y la erradicación de la enfermedad de Aujeszky.
Buenos Aires, febrero de 2025.- En la producción porcina, la sanidad animal es clave para evitar riesgos que puedan afectar la productividad y el desarrollo del sector. En este contexto, la enfermedad de Aujeszky vuelve a estar en el centro de la atención, ya que su impacto en la salud de los cerdos puede generar pérdidas significativas si no se implementan estrategias adecuadas de prevención.
La enfermedad de Aujeszky es causada por un virus de la familia del herpes (PHV-1 o PRV), que puede permanecer inactivo en el sistema nervioso del cerdo durante largos periodos y reactivarse, provocando cuadros respiratorios, reproductivos y nerviosos. Este virus puede sobrevivir hasta tres semanas fuera del animal y, en el caso de las cerdas gestantes, atravesar la placenta e infectar a los lechones. En Argentina se considera una enfermedad endémica.
Aunque el cerdo es su huésped principal, el virus puede tener injerencia en otras especies como vacas, caballos, perros y gatos, que pueden desarrollar síntomas nerviosos graves, inclusive la muerte. Por suerte, hasta el momento, no existe evidencia de transmisión a humanos.
Eso sí, la enfermedad puede afectar a cerdos de todas las edades, con signos clínicos que varían según la etapa de crecimiento. En los lechones, los síntomas visibles son fiebre, estornudos, tos y descoordinación, con una alta tasa de mortalidad. En las cerdas reproductoras, se asocia a abortos e insuficiencia reproductiva. Para confirmar el diagnóstico, es fundamental realizar pruebas de laboratorio, como serología y PCR.
Los lechones menores de siete días son los más vulnerables, con tasas de mortalidad que pueden llegar al 100%. Por este motivo, una vez que se sospecha o confirma un caso, la enfermedad debe notificarse obligatoriamente a las autoridades locales.
Ante este escenario, Guillermo Racca, Gerente Técnico de Porcicultura de MSD Salud Animal, destaca la importancia de reforzar la prevención y extremar las medidas de bioseguridad en las granjas, especialmente en:
Lavado y desinfección de camiones.
Implementación del manejo “todo dentro – todo fuera”.
Incorporación controlada de cachorras.
Refuerzo de la bioseguridad interna.
Lavado y desinfección de salas.
Control de animales salvajes.
También hay que tener en cuenta que los brotes agudos de la enfermedad pueden ocurrir cuando una cepa virulenta afecta por primera vez a una granja susceptible, en la que no se ha practicado la vacunación contra la enfermedad de Aujeszky.
“Dado que se transmite lentamente, se puede erradicar mediante vacunación, buenas prácticas de manejo y eliminación de animales portadores de la enfermedad. Afortunadamente hoy contamos en el país con la vacuna viva de última generación Porcilis® Begonia DF, especialmente desarrollada para el control y la erradicación de la enfermedad de Aujeszky. Esta vacuna se elabora a partir de la cepa Begonia (cepa de campo de alta virulencia e inmunogenicidad) que tiene una capacidad de protección 10 veces superior a las demás cepas de Aujeszky. Además, gracias a su tecnología, reduce el ratio de reproducción del virus de Aujeszky de 23 a menos de 1, factor clave en cualquier programa de erradicación” explica nuevamente Guillermo Racca.
Puntos clave de control:
No existe tratamiento disponible, pero se puede considerar el uso de antibióticos para controlar infecciones bacterianas secundarias.
La vacunación contra el PRV debe realizarse cuando aparece un brote agudo o como medida de control o prevención.
Las cerdas y los padrillos deben adquirirse en granjas libres de enfermedad de Aujeszky y deben ser vacunados a su llegada o en el área de cuarentena.
Las políticas de erradicación pueden variar desde el sacrificio y la repoblación hasta la vacunación y la serología.
La implementación de estrategias adecuadas para combatir esta enfermedad depende de la coordinación multisectorial entre productores, actores de la salud y organismos del gobierno. Con el desarrollo de nuevos tratamientos, Argentina y su industria porcina tienen una situación favorable para continuar mejorando la producción, evitar pérdidas económicas considerables y preservar el bienestar animal.