
El cultivo de soja tiene una elevada demanda de fósforo para su crecimiento, estimada en 6 kg de P por tonelada de grano producida. Además, como su índice de cosecha es alto, más del 85% de absorbido también es extraído por el cultivo.
Las deficiencias de fósforo en el cultivo de soja se manifiestan por el bajo crecimiento de la hoja y el tallo, color verde oscuro, biomasa pequeña y menor cantidad de granos, que se traduce en menor rendimiento.