Los Chinos se comen el garrón

En los pasillos de la Sial de China -las tierras del taoísmo-, todo el tiempo parecían escucharse los términos “yin” y “yang”, aunque al agudizar el oído se comprendía que se trataba de las palabras “Shin” y “Shank”, denominaciones chinas del garrón y del brazuelo, los cortes más buscados por los importadores.
El garrón, de hecho, es –al menos hasta ahora- el “corte estrella” del negocio, tanto para los importadores orientales como para los frigoríficos argentinos ya que, como sostiene un reconocido exportador, “así como detrás de cada picaña hay un brasileño, detrás de cada garrón que se compra en el mundo hay un chino”.
En la Sial 2017, la tonelada de garrón argentino cotizó arriba de los 4.000 dólares (llegó a alcanzar los 5.300 en 2015) un valor no muy inferior a los cortes de alto valor de la rueda. En definitiva, valores más que aceptables para un mercado internacional deprimido en el que la Cuota Hilton apenas supera los 11.000 dólares.
Además, en el caso del mercado chino, lo que se exporta es carne congelada y sin hueso de animales de categorías de inferior valor, como la vaca conserva.
La predilección de los chinos por el garrón, que es cortado en pequeños cubitos desgrasados, hace que la mayoría de los frigoríficos argentinos destinen casi la totalidad de esos cortes para su exportación a este mercado.
“Exportamos casi todos los garrones y brazuelos que producimos al mercado chino”, aseguraron los exportadores en la Sial China 2017.
Actualmente, Vietnam y Rusia pagan en promedio, por el mismo producto, unos 1000 dólares menos que los chinos.